He superado un cáncer, ¿y ahora qué?

José Manuel Burgos

Por si fuera poco sobrevivir a un tratamiento contra el cáncer, existe además el debate acerca de la supervivencia y la idea que la curación no es suficiente. Un tema que siempre ha estado presente y quizá no se le ha prestado la suficiente atención es acerca de los efectos a largo plazo de la terapia contra el cáncer que padece la persona una vez que le han “dado el alta”.

El principal problema que se encuentran las personas que han superado una cirugía, quimioterapia o radiación, es el efecto residual de los tratamientos sobre la funcionalidad y actividad en el día a día como por ejemplo: pérdida de masa muscular (sarco-dinapenia, caquexia), pérdida de masa ósea (llegando a padecer osteoporosis), problemas cardíacos (cardiotoxicidad), menopausia precoz… Y por si fuera poco lo anterior, la gran mayoría de ell@s se ven afectados a nivel psico-emocional (ansiedad-depresión).

A continuación veremos qué ocurre en los tres principales sistemas, como son el cardiovascular, óseo y muscular:

Los resultados relacionados con el sistema cardiovascular son los que más contribuyen a los efectos tardíos del tratamiento. En esta línea ha emergido en los últimos años la modalidad de Cardio-oncología (Lenneman y Sawyer, 2016) donde centran su campo de actuación en 3 ejes principales: la cardiotoxicidad, la toxicidad vascular y las arritmias a consecuencia de los diferentes tratamientos contra el cáncer.

El principal problema que nos podemos encontrar es la presencia de una disminución de su función cardíaca, presentándose en forma de disnea (dificultad al respirar o sensación de falta de aire), de ahí la importancia del control de la capacidad cardiorrespiratoria y el control de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) por parte del especialista.

Otra consecuencia es el de la pérdida de hueso, como se puede observar en la reducción de la densidad mineral ósea (medido en vértebras lumbares y cabeza del fémur) la cual tiene una alta tasa de prevalencia e incidencia en personas con cáncer, estimándose que en torno a un 70% de estos la padecerán, siendo realmente severa en mujeres y hombres que estén tratados con terapias de privación hormonal (Wissing, 2015).

Por otro lado, según (Mavropalias et al., 2022) dentro de los efectos secundarios más perjudiciales se encuentra la caquexia. Esta se entiende como la pérdida progresiva del músculo (con o sin disminución de masa grasa) durante la manifestación y el tratamiento del cáncer lo que nos llevará a una pérdida de la capacidad funcional (p.e. que nos cueste la misma vida subir un tramo de escaleras). Las causas que subyacen la caquexia son la desnutrición/anorexia, la inflamación elevada o incluso tratamientos como la quimioterapia (Brierley et al. 2019).

Para finalizar, tras haber expuesto los principales problemas que se nos puede llegar a presentar tras superar un cáncer, ahora es cuando tocaría recibir buenas noticias. En efecto, podemos comprobar como son cada vez más los estudios científicos que abalan la eficacia y seguridad del EJERCICIO FÍSICO sobre los efectos secundarios del tratamiento, pudiendo afirmar que el ejercicio (entrenamiento de FUERZA + RESISTENCIA) es parte de la solución para sobrellevar el proceso de recuperación de todos los efectos comentados en esta entrada y reduciendo incluso, el riesgo de recaída o la prevención de padecer otras patologías (Kasiakogias y Sharma, 2019).

¡Síguenos en nuestras redes para estar al día de todas las novedades!

Related Articles

Respuestas

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *